CIRUGÍA ORAL

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CIRUGÍA ORAL EN BARCELONA

La cirugía oral o cirugía bucal es la especialidad de la odontología que se encarga de la prevención, diagnóstico y tratamiento quirúrgico de las lesiones presentes en la cavidad bucal. Dentro de la cirugía oral existen distintos tratamientos que realizamos en Dental Care Barcelona:

Extracciones dentales simples

Las extracciones simples se pueden realizar en dientes temporales o definitivos, son dientes que se pueden ver y de fácil acceso. Para hacer las extracciones simples se utilizan instrumentos específicos para luxar las piezas y extraerlas. Este procedimiento se realiza con anestesia local para evitar el malestar al paciente.

Extracciones complejas

la extracción dental quirúrgica requiere típicamente una incisión en el tejido conectivo, acceder al diente que se quitará. Esto puede ser porque no han entrado en erupción a través de la encía totalmente o se han fracturado bajo línea de encía.

Extracciones de cordales o extracciones de muelas del juicio

Las muelas del juicio se encuentran en la parte más posterior de la arcada dental, es por este motivo que en muchas ocasiones se impacta comida y es muy difícil el acceso a ellas para la correcta limpieza y como consecuencia puede provocar caries, acúmulo de sarro e incluso nos podemos morder la parte interna del carrillo. En muchas ocasiones no existe suficiente espacio y las muelas salen en una posición muy posterior. En estos casos puede ser recomendable la extracción del diente como opción terapéutica. 

Para poder proceder a la extracción se debe hacer previamente una radiografía, estudiando la situación anatómica de la muela del juicio, en especial en relación al nervio. Al igual que otro tipo de extracciones también se realiza mediante anestesia local para las molestias en la zona, se utilizan los instrumentos adecuados para poder luxar la pieza y en ocasiones requiere de una sutura.

Extracciones quirúrgicas

Se trata de un procedimiento más complejo, el cual se usa cuando un diente se rompe en el límite de las encías o no nace. El cirujano hará una pequeña incisión en la encía para remover quirúrgicamente el diente o la muela de juicio afectada. En ocasiones los dientes pueden desplazarse o retenerse total o parcialmente. Mayoritariamente ello afecta a las muelas del juicio inferiores y superiores, así como a los colmillos. En estos casos es imposible luxar los dientes, cogerlos con el instrumental necesario y extraerlos. Para poder tener paso a estos dientes es necesario abrir un acceso quirúrgico. La extracción quirúrgica de huesos recibe el nombre de osteotomía. También la extracción quirúrgica de dientes suplementarios, llamada germectomía.

Exéresis y legrados de quistes dentales

Podemos definir quiste como una bolsa conectivo epitelial, que encierra un contenido líquido o semisólido. Los quistes dentales se producen por infecciones crónicas de origen dentario. Al crecer, van destruyendo el hueso adyacente y formando grandes cavidades en el interior del maxilar o la mandíbula. También se pueden infectar, por todo ello deben ser extirpados quirúrgicamente.

Apicectomías

Cuando el quiste está en relación con la parte final de la raíz de un diente, se extirpa también ésta durante la exéresis del quiste.

Fenestraciones de caninos incluidos

Los caninos son unos de los dientes más importantes que tenemos en boca, ellos harán de guía través de sus movimientos. Generalmente la fenestración dental se realiza a los caninos, cuando la ortodoncista lo precisa para realizar un tratamiento de ortodoncia y colocar un bracket y llevar este a la arcada. La fenestración consiste en eliminar el hueso y la mucosa alrededor de un diente incluido con el fin de poder liberar y visualizar la corona del diente. La fenestración de caninos es un tratamiento que normalmente se coordina entre el ortodoncista y el cirujano, debe haber una preparación y unas indicaciones previas por el ortodoncista. Es una cirugía que se realiza con anestesia local y que requiere de unos cuidados mínimos durante los primeros días, así como una dieta blanda.

Regeneraciones óseas

En ocasiones para que un implante dental tenga éxito se necesita que la calidad la del tejido óseo del maxilar o la mandíbula donde se integra sea adecuado. Sin una buena superficie de agarre, es muy difícil que el implante se mantenga en la boca del paciente por mucho tiempo, así como su correcta osteointegración: los odontólogos consideran que la zona de hueso que sustente a un implante debe tener como mínimo unos 10 mm de altura y unos 5 mm de espesor.

Muchas personas, por diversos motivos, no conservan el hueso en un estado óptimo. Por suerte, los implantólogos tienen a su alcance las técnicas de regeneración ósea, que permiten que una gran mayoría de pacientes puedan hacerse un implante dental.

Existen diversas técnicas para lograr la correcta osteointegración de un implante pueden ser vario tipos: membranas e injertos, con materiales sintéticos o con el propio hueso del paciente .

Estos injertos permiten aumentar tanto la anchura como la altura del hueso del maxilar o la mandíbula donde se va a colocar el implante. Son muy utilizados sobre todo en los maxilares, con la técnica conocida como elevación del seno maxilar.

Elevación de seno

la cirugía de elevación de seno se suele realizar para la posterior colocación de implantes dentales en maxilares superiores. Antes de hacer este tipo de intervención se realiza una radiografía de la zona para poder estudiar el caso en profundidad. El seno maxilar es una de las cavidades que conforman los senos paranasales en la cabeza. Es la cavidad más grande y tiene forma piramidal. Se localiza en el hueso maxilar superior, uno en cada lado de la cara.

Estas cavidades están recubiertas por mucosa respiratoria. La base, o suelo del seno maxilar, está en íntima relación con las raíces de los molares superiores. De hecho, es habitual que éstas se insinúen en el interior del seno maxilar. Cuando se produce la pérdida de estos molares, se ve comprometida la cantidad de hueso disponible para la inserción de implantes y la posterior realización de las coronas sobre ellos para restaurar la función masticatoria.

En dichos casos, es necesaria una intervención quirúrgica consistente en el acceso al seno maxilar para separar su membrana, elevarla y colocar un injerto óseo que la mantenga elevada y forme nuevo hueso del propio paciente para poder insertar los implantes sin introducirnos en el seno maxilar, lo que podría provocar una infección, conocida como sinusitis.

Por tanto, la elevación del seno maxilar es una técnica quirúrgica destinada a generar espacio “óseo” para poder colocar implantes en maxilares superiores con atrofia posterior sin invadir con ellos esta cavidad. Una de las técnicas para realizar la elevación de seno maxilar es  desde la cresta ósea, utilizando un instrumental llamado osteotomías, a través de la perforación realizada en la posición donde colocaremos los implantes. 

Se pueden utilizar bloques óseos del propio paciente. Estos son obtenidos de otras zonas donantes como la rama mandibular o la zona de el mentón, el tipo de tratamiento aconsejado para cada paciente siempre lo determinará el cirujano.

Otras opciones consisten en la obtención de hueso autólogo con rascadores o de origen sintético. La mezcla de hueso del propio paciente al 50% con material sintético parece ser, según los estudios, el material ideal para este tipo de intervenciones.

Tras una elevación de seno el paciente puede presentar inflamación, hematoma facial durante una semana y un posible sangrado nasal durante el primer y segundo día postoperatorios que no deben ser un motivo de alarma porque cesarán en el transcurso aproximado de 7 a 10 días.

Uno de los consejos que se realiza al paciente es de de realizar cualquier acción o actividad que pueda producir un aumento de la presión intra sinusal, tales como sonarse la nariz, estornudar con la boca cerrada, coger un avión, un tren de alta velocidad, sumergir la cabeza debajo del agua o realizar ejercicio intenso durante 15 días postoperatorios.

Algunos cirujanos recomiendan estas precauciones incluso durante 1 mes, ya que esto podría provocar la rotura de la membrana, la migración del material de relleno al interior del seno maxilar y su posible infección. Durante la primera semana, hasta 10 días, el médico u odontólogo prescribirá fármacos antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios.

Una vez transcurrido el postoperatorio sin complicaciones, debemos esperar entre 4 y 6 meses para que el material se integre en el hueso del propio paciente y posteriormente colocar los implantes dentales en el hueso neoformado y esperar la osteointegración de los mismos durante 4 meses más. A no ser que pudiéramos colocar los implantes en la misma intervención quirúrgica en la que se realiza la elevación del seno maxilar, en cuyo caso sólo debemos esperar a 4 a 6 meses para la confección de la prótesis sobre los implantes.

Gracias a los injertos de hueso, y después de unos meses, se puede alcanzar el nivel de cantidad y calidad ósea necesaria para un implante. En ocasiones, no obstante, el incremento es muy pequeño y puede realizarse en el mismo momento de la cirugía implantológica.

Frenillos bucales

En la cavidad bucal podemos encontrar frenillos labiales superiores e inferiores que se encuentran entre los dos incisivos centrales, y el frenillo lingual que es el que se sitúa en la parte media de la lengua y suelo de la boca.

En el frenillo labial superior se recomienda la intervención cuando su inserción llega a la posición interdental de ambos incisivos lo cual genera un diastema, es decir, separación de los dientes. En ocasiones el frenillo labial inferior puede originar problemas periodontales como recesión gingival.

En el caso de los frenillos linguales la intervención sería necesaria cuando nos impide las actividades normales del habla o deglución.

La frenectomía es una técnica sencilla que requieren de la correcta eliminación del tejido fibroso para que no vuelva a aparecer el frenillo.

El postoperatorio de una frenectomía bucal no suele provocar dolor, pero si inflamación ya que lo que manipulamos son tejidos blandos. Generalmente no es necesario tomar mucha medicación.

Cuidado tras una o más extracciones

Tras una extracción de un cordal es recomendable seguir una serie de indicaciones. La recuperación total se produce tras una o dos semanas, dependiendo de cada caso. Para facilitar la recuperación se debe seguir una serie de recomendaciones: tomar la medicación prescrita por el cirujano, en ocasiones se puede aplicar hielo sobre la mejilla, la higiene oral debe ser mucho más cuidadosa, utilizando un cepillo con las cerdas blandas, seguir una dieta blanda, procurando no comer alimentos con pepitas o de dimensiones muy pequeñas, así como tomate, arroz, pipas, etc.…conviene no realizar ejercicio físico durante las horas posteriores, no beber líquidos muy calientes, y no fumar al menos  en las primeras 24 horas.

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